También conocido como acuaplaneo o hidroplaneo, es diferente al efecto lubricante que produce el agua entre los neumáticos y el suelo, el aquaplaning tiene causas y consecuencias más graves que esto y requerirá de maniobras especiales para librar la situación victoriosamente. 

¿Cómo se forma?

Al ser la capa o cantidad de agua sobre la calzada superior a la que los neumáticos pueden desalojar, el agua no desalojada se acumula delante del neumático formando una ola que, al no poder ser evacuada, ejerce sobre la rueda una fuerza mayor a la que ejerce la rueda contra el pavimento, levantándose del suelo, momento en el que comienza el aquaplaning. 

Consecuencias

• Debido a la presión del agua ejercida entre el asfalto y las llantas, estás pierden contacto con el suelo y por tanto la adherencia, deslizándose sobre el agua, lo que vuelve al vehículo incontrolable. 

• El conductor pierde el dominio sobre el vehículo porque no le “obedece” al girar el volante. La dirección, que literalmente está flotando, gira las ruedas orientándolas hacia dónde se quiere ir pero la trayectoria del vehículo no se altera.

• Al frenar, las ruedas pueden bloquearse fácilmente (salvo que disponga de sistema electrónico que lo evite), lo que hace al vehículo aún más ingobernable. 

Solución

• Reducir la velocidad a aquella que permita a los neumáticos desalojar bien el agua y tener contacto con terreno firme. Al inicio solo dejar de acelerar, no frenar intempestivamente.

• Si circulas en línea recta, mantén en línea el volante y no lo gires de manera brusca, tomalo con firmeza, pero sin rigidez. 

• Si circulas en curva, deja de acelerar gradualmente y trata de mantener la trayectoria que ya tenías antes aquaplanear, sin movimientos pronunciados. 

Anticípate 

Cuando detectes charcos de agua evita pasar sobre ellos, ya sea dejándolos entre las ruedas o a un lado, siempre que sea posible debido al tráfico y no se creen situaciones de entorpecimiento o peligro.

Cuando circular sobre la capa de agua es inminente

Si abordas el charco con ambas ruedas (frontales) al mismo tiempo, solo sentirás la retención de velocidad y posteriormente la pérdida de adherencia o flotación de los neumáticos, en su caso.

Si abordas el charco sólo con las ruedas de un lado, sentirás en el volante un tirón hacia el lado del charco, para desviarse hacia el lado contrario si se produjera el «aquaplaning».

Cuando un tramo de pavimento esté anegado de agua, si cruzas o no dependerá de la cantidad y velocidad del agua de la zona. Está decisión debe basarse en si el agua está estancada o tiene corriente, la velocidad que pueda tener esta corriente es fundamental, pues la fuerza que ejercerá sobre tu auto puede llegar a ser muy grande (velocidad al cuadrado) y proporcional a la superficie de empuje (entre más ancha la llanta más se favorece el aquaplaning).

De lo anterior, surge otro factor a tener en cuenta, tanto si el agua tiene corriente o está estancada, la profundidad también es importante, tan importante como para decidir no pasar en el supuesto de superar la altura del chasis y mejor esperar a que disminuya la profundidad. 

No dejes de acelerar

En caso que decidas incursionar en la gruesa capa de agua, debes tener en cuenta lo siguiente: existe riesgo que el agua sea succionada hacia el motor si la velocidad es demasiado baja. Mantén una aceleración constante, esto ayuda a generar un flujo continuo de gases hacia el exterior a través del sistema de escape, lo que reduce la posibilidad de que el agua ingrese y potencialmente cause daños al motor. 

Enfrentar el aquaplaning exige una combinación de conocimiento, precaución y habilidad por parte del conductor. Reconocer las causas, consecuencias y maniobras adecuadas es esencial para mantener el control en situaciones de riesgo. En SAENZ, nos ocupamos en brindarte información de alto valor que, si bien esperamos nunca pases por una situación así, es mejor estar preparado. 

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